viernes, 4 de febrero de 2011

Felicidad

Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después de cumplir tantos años, dieciocho, por ejemplo o después de casarnos, después de tener una carrera, un trabajo mejor, después de haber aprobado selectividad, y todos los exámenes, después de tener hijos, de que los hijos no son lo suficientemente mayores y que seremos felices cuando lo sean. Después nos frustramos porque son adolescentes. Nos decimos que nuestra vida será completa cuando tengamos un coche o una casa para nosotros solos, cuando nos podamos ir de vacaciones sin padres, con nuestros amigos, novios/as… Cuando ya no tengamos hora para volver a casa, cuando vivamos con amigos, o con nuestras parejas, cuando estemos jubilados... La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que ahora. Nos pasamos la vida pensando cuándo seremos felices, y cuando llega ese momento, nos olvidamos de disfrutar, pensando en lo felices que seríamos si… ¿Si no eres feliz ahora, entonces cuándo?
Me he dado cuando de que no hay camino a la felicidad, de que la felicidad es el camino. Así que disfruta cada momento y más cuando lo compartes con alguien especial, recuerda que el tiempo no espera a nadie. Así que deja de esperar hasta que termines el colegio, hasta que pierdas tantos kilos, hasta que tengas hijos, hasta que te cases, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que mueras, para decirte que no hay mejor momento que éste para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.

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